La primera bebida que, sin saberlo, dio comienzo a este ritual del que hoy disfrutamos, surgió en el siglo V a.C. y su uso fue medicinal. Hipócrates, una de las personalidades más destacadas de la medicina griega creó un brebaje a base de vino y hierbas como el ajenjo y se suavizaba con romero y salvia. Ésta tenía como fin estimular el apetito, por lo que se tomaba previamente a la ingesta de alimentos. Así poco a poco, surgió ese lapso de tiempo antes de las comidas, en especial las dadas en sociedad, en las que se aprovechaba para beber y charlar.